miércoles, 18 de enero de 2012

La actividad económica se materializa en  la producción de una amplia gama de bienes y servicios cuyo destino último, a través de la distribución, es la satisfacción de las necesidades humanas de consumo.
Algunos de ellos se valoran a través de un precio (mano de obra, maquinarias, etc.), otros (bienes ambientales) no cuentan, por lo general, con tal mecanismo o cuando lo tienen como es el caso de algunos recursos naturales (ejemplo agua, petróleo, etc.) este precio es solo una valoración a corto plazo y que por lo tanto no toma en cuenta el agotamiento que inexorablemente ocurrirá a largo plazo ( o incluso mediano plazo) si se continua con el nivel actual de utilización. 
La razón por la cual los bienes ambientales no son valorados adecuadamente se debe, sobre todo, a que no existe un mercado definido para la transacción de los mismos ya que nadie estaría dispuesto a pagar por algo que podría obtener gratuitamente, ya que los recursos ambientales no son de propiedad privada.
Charles Horngren lo define como “Recurso que se sacrifica o al que se renuncia para alcanzar un objetivo específico”.